Uno de los aspectos fundamentales para conseguir una buena convivencia es, sin lugar a dudas, la responsabilidad; es decir, la capacidad de asumir las consecuencias de nuestras acciones y decisiones personales. A lo largo de este trimestre estamos desarrollando en clase algunas actividades relacionadas con este importante valor (ver entrada anterior sobre el taller de responsabilidad que realizamos el pasado mes de enero).
El mejor punto de partida para conseguir desarrollar hábitos responsables es la autorreflexión: ¿Cuál es nuestro punto de partida? ¿Somos conscientes de las consecuencias de nuestros actos? ¿Asumimos esas consecuencias? Para facilitar a mis alumnos este proceso de reflexión personal, la semana pasada he llevado al aula un sencillo cuestionario tomado de la magnífica obra "Desarrollo de conductas responsables de 3 a 12 años", publicado por el Departamento de Educación y Cultura del Gobierno de Navarra.
Recomiendo encarecidamente la consulta de este manual tanto a niños, como a profesores y familias. Si estás interesado en el tema, haz clic en la imagen y podrás acceder a la publicación.
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